Otra manera de calmar la mente acelerada y saturada, es dar movimiento al cuerpo. Primero para, respira y vete al cuerpo, siente que tienes pies. Ponte música, la que más te apetezca, y empieza a sentirla desde una posición de quietud. Déjate llevar, poco a poco, empieza a moverte y deja que el cuerpo te lleve. Quizá sea con un movimiento acompasado y lento, o con un movimiento salvaje y alocado. Eso da igual. No hay una manera de «hacerlo bien». Deja que tu cuerpo saque toda esa sobrecarga mental como necesite.
Y lo de siempre, no me creas, experiméntalo y, si quieres, me cuentas.